Es muy probable que si alguna vez te pusiste inyecciones de Botox o quisiste hacerlo, tuviste que hacerlo o cotizar con un cirujano plástico o con un dermatólogo. Hace algunos años atrás hacerse tratamientos con Botox era mucho menos común que en la actualidad, y por lo mismo el material y la mano de obra eran mucho más caros, ya que era más difícil conseguirlo y los profesionales eran más escasos. Pero, ¿sabías que tu dentista puede hacer Botox? Hoy en día las cosas han cambiado, y algunos dentistas e incluso enfermeras, con una formación adecuada, podrían llevar a cabo el procedimiento; esto debido a que tienen conocimientos anatómicos del área maxilofacial. Recordemos que el Botox se utiliza para inmovilizar el músculo que pueda generar alguna arruga en la piel, por lo que ayuda a corregir las líneas finas que dan cuenta del proceso de envejecimiento.
¿Qué es el Botox?
Si alguna vez has pensado en someterte a tratamientos con Botox, es importante que sepas qué es y qué hace en tu organismo. Botox es el nombre comercial y abreviado de la toxina botulínica. Se presenta en forma de una proteína purificada, que se inyecta directamente en el tejido neuromuscular. Esta sustancia, usada originalmente para fines medicinales, actualmente es utilizada mayormente para procedimientos cosméticos.
Muchas personas se inyectan Botox para disminuir las arrugas y líneas de expresión de la cara. Generalmente se utiliza en la frente, en el entrecejo, y las llamas patas de gallo que aparecen al costado de los ojos; sin embargo, también se puede utilizar en otras áreas faciales o corporales. De esta forma el Botox previene o corrige las líneas de envejecimiento causadas por el movimiento muscular.
En estricto rigor, la proteína se une a las terminaciones nerviosas y detiene los impulsos nerviosos que se transmiten a los músculos, evitando que estos se contraigan, o sea los inmoviliza, por lo que se reducen las líneas expresión y arrugas. En general el efecto se comienza a notar después de 7 a 10 días, y ya es más evidente luego de 2 semanas.
Cuando te has inyectado Botox, por lo general, su duración es en promedio de 3 a 4 meses, dependiendo de varios factores. Es importante recordar que el Botox es un tratamiento temporal y debe repetirse en el tiempo para mantener un aspecto coherente.
Consulta con un dentista
Hoy en día, como ya lo mencionamos, un dentista es capaz de realizar este tratamiento estético facial junto con otros tratamientos dentales estándar. Pasa que el Botox funciona bien dentro de la comunidad dental, ya que no solo sirve para tratamientos cosméticos.
Actualmente los dentistas, en algunos casos, suelen tratar con Botox a los pacientes que sufren de bruxismo, siendo una buena opción, ya que debilita la contracción muscular que normalmente se produce en la noche. El Botox también podría ayudar a evitar el dolor facial, la sudoración excesiva en las axilas, manos y pies; y es realmente efectiva para algunos tipos de migrañas. Tu dentista (si es que tiene la formación avanzada, es decir si ha cursado el programa donde se enseña la aplicación de esta sustancia), puede administrar Botox en todas estas áreas.
Cuando el tratamiento se administra por un profesional capacitado, hay pocos riesgos y complicaciones con el procedimiento. De todos modos, podrían producirse hematomas leves, inflamación temporal en el lugar de la inyección, y enrojecimiento de la piel. Otros efectos posibles son la asimetría en las expresiones faciales, caída de los párpados superiores y visión doble, sin embargo, si las dosis son seguras, y los has hecho en lugares seguros y con profesionales experimentados, los riesgos disminuyen considerablemente.
De hecho, se dice que es más recomendable hacer un tratamiento con Botox con dentistas, ya que tienen mayor conocimiento de la anatomía facial en su totalidad y en detalle, por lo que podrían ser más precisos para llevar a cabo estos procedimientos de inyección.
Encontrar un dentista adecuado
Si estás pensando en hacerte un tratamiento con Botox, es importante que te asegures de encontrar un lugar y un dentista adecuado. Debes saber que no todos los dentistas hacen estos tratamientos, por lo que es posible que tengas que buscar otro dentista, que no sea el tuyo de cabecera. También debes asegurarte de que el dentista que hayas elegido esté certificado, y que tenga experiencia en la administración de Botox. Esto por lo general es fácil de averiguar, solo tienes que llamar a la consulta del dentista o visitar la página web de la clínica dental donde quieras atenderte. Es importante que no te apliques Botox en cualquier lado, este procedimiento solo se debe hacer en entornos clínicos. Si tienes un médico de cabecera, que sea de tu confianza, puedes preguntarle si conoce algún colega que haga ese tipo de procedimientos. También puedes buscar un especialista que se dedique a esto en Deenty.com